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La Mymsa experimental

 


LA MYMSA EXPERIMENTAL


El año 1955 comienza con toda la atención de la empresa centrada en el proyecto de la MYMSA Experimental. La característica básica de esta moto es que en lugar de chasis dispone de carrocería monocasco autoportante, de forma similar a la carrocería de un coche. El otro elemento destacado es la suspensión delantera helicoidal. La dirección de la rueda delantera utiliza un sistema de eje articulado por medio de rótulas en los extremos de los brazos de oscilación, ya utilizado en el triciclo Rana 3R MYMSA.



MYMSA Experimental en el circuito oval de Terramar


El día 18 de marzo de 1955 se hizo la prueba de la MYMSA Experimental, en el circuito Terramar de Sitges. La construcción del prototipo, a excepción del motor, se hizo utilizando las instalaciones de Talleres Aragall. La MYMSA Experimental iba equipada con el motor MYMSA 125 cc, una versión mejorada pero de serie. En su momento, la prensa de la época la presentó como un modelo de moto carenada para la competición. Pero en este primer ensayo, más que comprobar las prestaciones de la moto, se trataba de verificar el comportamiento dinámico de la suspensión delantera helicoidal, utilizada en el triciclo Rana 3R. En su primera versión de batalla corta, el triciclo presentaba una tendencia a volcar, especialmente cuando circulaba sin carga. Para tratar de corregir esto, se diseñó una nueva versión, con un brazo de oscilación más largo, que ampliaba la distancia entre ejes. Según el resultado de la prueba, se pudo constatar que la línea de marcha mantenía una excelente direccionalidad.

El piloto de la MYMSA Experimental, José Flix, después de la prueba comentó que había podido conducir la moto hasta una inclinación de 45 grados, demostrando así la facilidad de conducción del diseño, y que absorbía de forma impecable las irregularidades de la pista. Aunque en un primer momento se especuló con la posibilidad de que este modelo participara en competición, a pesar de las buenas expectativas que ofrecía el prototipo, el hecho es que el elevado coste del proyecto no lo permitió. La MYMSA Experimental sirvió, cuando menos, para sacar conclusiones sobre el comportamiento del nuevo conjunto de suspensión delantera helicoidal, que luego se aplicó a la nueva versión de batalla ampliada (de 1.650 mm hasta 2.000 mm) del triciclo MYMSA 3R,

Simultáneamente, ese mismo año, se presenta un prototipo de furgoneta MYMSA 4R diesel, de 4 ruedas, propulsado por un motor de 500 cc, diesel dos tiempos, 16 CV de potencia a 3.000 rpm, cambio de tres velocidades y marcha atrás, frenos hidráulicos a las 4 ruedas, y capacidad para transportar hasta 500 kg de carga. La alimentación se efectúa con una bomba TDZ y un regulador MYMSA. Fue el primer intento de la marca, de fabricar un furgón ligero de transporte. Como es fácil observar en la imagen adjunta, el diseño de la furgoneta MYMSA 4R estaba inspirado en el modelo de la furgoneta HY de Citröen. Cuando hizo su presentación en la Feria de Muestras de Barcelona, tanto la prensa especializada como el público, le brindó una excelente acogida. Pero el proyecto quedará en eso, un proyecto. El motivo: las autoridades franquistas de la época no dan la autorización de fabricación. Primer tropiezo fuerte de la empresa. Este tipo de cosas a menudo tenían una motivación extracomercial durante aquella época.


MYMSA 4R 500 diesel prototipo


Pocos días después, los días 1 y 2 de julio se celebra en Barcelona la primera edición de las 24 horas de resistencia motociclistas de Montjuïc, organizada por la Peña Motorista Barcelona. Desde el primer momento, la prueba despertó una gran interés entre aficionados y fabricantes. Se inscribieron 13 de las marcas nacionales de la época, más un par de extranjeras, deseando recuperar el ambiente de grandes pruebas motociclistas que había existido en el país antes de la guerra. MYMSA tomó parte, con un equipo formado por Valeriano Batallé y Josep Gavaldà, pilotando una MYMSA A-1 125 cc de serie. Finalizaron en 20 ª posición, sobre el total de 44 participantes, un resultado mas que aceptable. La experiencia de Mymsa en la competición motociclista de velocidad era escasa. Más que nada, porque el motor con sistema Schnürle, tampoco era el más adecuado para este tipo de carreras. Aunque mantiene una buena curva de par motor, la dificultad para subir de vueltas limita su aplicación en las pruebas de velocidad. Además, MYMSA aún no considera la competición como una plataforma comercial de la marca entre otras razones, por su elevado coste, de ahí su limitada participación, de momento.


Valerià Batallé sobre MYMSA 125 en las 24 horas de Montjuïc de 1955


Sin embargo, la participación de MYMSA en pruebas deportivas empieza a ser una imagen habitual, y la temporada 1955 se cierra con la participación de una veintena más de pruebas deportivas. Los resultados son aún modestos, pero siempre con un buen nivel de fiabilidad. La prioridad era todavía comprobar la fiabilidad de las nuevas soluciones mecánicas. Esto, y la calidad de los acabados, son los argumentos comerciales que les ha permitido alcanzar ventas crecientes en el mercado de la motocicleta.

El primer modelo de la marca, la MYMSA A-1, encuentra una buena acogida en el mercado, y el ritmo de ventas bien hace pequeña la fábrica de la calle Soler i Rovirosa. Hacia finales de año la red de distribución ya alcanza las 75 agencias, repartidas por Cataluña y la mayoría de capitales de provincia del resto del Estado. A la vista del buen ritmo de venta de las MYMSA 125 cc, el mes de septiembre el consejo de administración de la sociedad acuerda iniciar el proyecto para trasladarse a una nueva fábrica, que permita ampliar la producción y también incluir la fabricación de los triciclos y otros vehículos de transporte.

Por razones de espacio, la fabricación de furgones todavía utiliza las instalaciones de Talleres Aragall. Pronto aparecerán cambios en el sector del transporte por carretera, pero por ahora la demanda del mercado de la motocicleta aún mantiene la orientación de vehículo utilitario, y todos los fabricantes dirigen la gama de modelos hacia esta aplicación.

En MYMSA, desde el inicio de la actividad consideran esta situación del mercado de la moto como una situación transitoria, por lo que perseveran en el interés de diversificar la gama de productos hacia la fabricación de furgones de transporte de pequeño formato . Una apuesta que, por diversos motivos, no acaba de salir bien. El año se cierra con la fabricación de 534 motocicletas, casi el doble del primer año de producción, y una cifra indeterminada de triciclos furgones.

 

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